El dólar volvió a estar en el centro de la escena financiera esta semana, con el Banco Central realizando fuertes intervenciones ante la creciente volatilidad. Gabriel Fridrij, economista, explicó a LA GACETA que la situación refleja una economía que “se fue complejizando a medida que las últimas semanas avanzaban” y aclaró que los puntos clave están atados a la política del gobierno y su manejo de las variables monetarias.
“El punto de quiebre, para mí, tiene que ver con cuando desarman las Leliq. Desde entonces, el gobierno perdió control sobre las variables monetarias y cambiarias”, señaló Fridrij. Destacó, además, que la autoridad monetaria quedó detrás de los movimientos del mercado, sin poder anticipar ni tranquilizar la economía.
El economista dijo en LG Play que la falta de confianza y credibilidad se ve reflejada en la carrera entre la cotización del dólar y la tasa de interés. “El mercado no es solo los inversores; es toda la sociedad. Y un mercado se mueve por expectativas, que hoy son inciertas”, agregó.
Cuestionó también las decisiones previas del gobierno. “El error fue no acumular reservas cuando el dólar estaba en un valor más bajo y no tener poder de fuego para sostener la política cambiaria”. Según el economista, esto generó una política de tipo de cambio artificialmente baja que afectó la actividad económica y la generación de ingresos.
Con respecto al futuro, el economista, advirtió: “La gran duda hoy es cómo hace el gobierno para sostener el dólar en el techo de la banda con las reservas actuales y si esto será sustentable hasta octubre, independientemente del resultado electoral”.
Fridrij concluyó que el único elemento claro en este escenario es la incertidumbre, un factor que, aseguró, nunca juega a favor de la economía ni de la sociedad.